Entrevista

Vale Santis: evalúa el proyecto Travesía de Mujeres

Conversamos con Vale Santis, amante del trailrunning, mamá de 2, deportista Merrell, emprendedora, dueña de un club de trail y productora de eventos deportivos, que nos contó de su proyecto “Travesía de Mujeres”.

¿Qué motivó la organización de esta travesía exclusivamente para mujeres y qué impacto crees que tuvo en el grupo?

Llevo ya unos años haciendo travesías sólo para mujeres durante el mes de la mujer con el motivo de conmemorar la lucha por la igualdad demostrando que en el ámbito deportivo también somos fuertes y capaces de grandes cosas, por lo que siempre son rutas diferentes, exigentes y de largas distancias. El impacto en el grupo es indescriptible con palabras, el hecho de juntarse puras mujeres con grandes aptitudes físicas y que además cada una hace otras cosas (mamás, emprendedoras, trabajadoras, estudiantes, etc) es muy inspirador para todas, siempre es importante rodearse de gente que suma mucho e inspira.

¿Cómo fue la preparación previa para afrontar una ruta de 62K con desnivel positivo? ¿Qué tipo de entrenamiento recomendarías a las mujeres que desean atreverse en próximas salidas?

La verdad no nos preparamos previamente en conjunto, sino que invito/selecciono siempre a mujeres que sé que se mantienen en movimiento, entrenando constantemente y que han realizado antes carreras de distancias de 50K o mayores, por lo tanto sé que están aptas para una travesía así ya que no es nada nuevo para ellas. Hay muchísimas mujeres que cada año después de la travesía me escriben para ser parte, y yo feliz las anoto y encantada de que se sumen siempre y cuando estén aptas para la distancia, así que más que sugerir un entrenamiento específico les diría que son muy bienvenidas si les gustan los grandes desafíos y se han enfrentado antes a ellos.

¿Cuál fue el momento más desafiante de la travesía y cómo lo superaron en equipo?

Diría que lo más desafiante fue una subida en zigzag con una pendiente muy pronunciada donde uno pisaba y desprendía rocas para abajo, por lo tanto las 2 primeras que subimos nos quedamos arriba esperando al resto para que tomaran el camino correcto, y además en las subidas tuvimos que ir subiendo de a 1 para que no le llegaran rocas a la que subía a continuación.

El entorno natural fue un gran protagonista del viaje. ¿Cómo influyó el paisaje en la experiencia y en la conexión con la montaña? ¿Había otras alternativas de locación?

Sin duda el Cajón del Río Olivares es un lugar con paisajes y colores maravillosos, estar rodeadas de montañas impresionantes en todo momento, ir por el medio del cajón, con el constante ruido del agua, muchísimas cascadas y cruces de río durante el camino hacen que uno se sienta pleno, feliz, en paz, con un disfrute increíble de lo que estamos viviendo. Personalmente fui 2 veces antes, y es de esos lugares a los que siempre quieres volver porque entregan mucho más de lo que uno puede esperar. Habían 2 alternativas más de locación de travesías en Santiago pero no tenían mucha agua en verano y era complicada la logística para llevar las carpas, por lo que creo que este Cajón sin dudarlo fue la mejor opción, volvería mil veces!! 

Compartieron momentos especiales como almuerzos en el camino y la noche bajo las estrellas. ¿Cómo influyó este aspecto comunitario en la experiencia general?

Fue muy lindo, el primer almuerzo paramos en el km15, nos dimos muuuuucho tiempo para comer tranquilas y sobretodo conversar, conocernos (habían varías que no se conocían, lo cual es la idea también de la travesía de conectar con otras mujeres deportistas), almorzamos en un refugio que tiene sombra, unos asientos de rocas, un pequeño estero de agua al costado y por supuesto unas vistas increíbles así que fue perfecto para nuestro primer encuentro más profundo. Luego llegando al Gran Salto, armamos las carpas y cenamos todas juntas alrededor de una fogata, compartimos comidas, té, galletas, chocolates, conversamos y nos reímos mucho, con el ruido del gran salto y una noche estrellada imponente, fue uno de los momentos más lindos y tranquilos después del gran día vivido.

¿Qué aprendizajes personales y colectivos te dejó esta aventura en términos de resistencia, compañerismo y conexión con la naturaleza?

Siempre destaco que disfruto mucho conocer a las personas de manera más profunda en un entorno natural o “salvaje” ya que siento que ahí uno es como realmente es, salen liderazgos naturales sin etiquetas como el “yo cierro el grupo”, “yo te ayudo a cruzar el río”, empatías y compañerismos sin juzgar como “esperemos a X que va un poco cansada”, “yo te doy de mi comida si es que no trajiste suficiente” y podría llenar de ejemplos, pero me encanta lo simple y real de las relaciones humanas cuando estamos en entornos naturales, todo se vuelve para un bien colectivo, sin egos ni competencias, creo que es lo más bonito. 

Para quienes sueñan con hacer una travesía similar, ¿qué recomendaciones darías en cuanto a equipo, alimentación y planificación?

Vayan al conocer ese cajón! no se arrepentirán!! siempre ración de marcha, agua, botiquín, ropa de abrigo para la noche y linterna frontal, esos son mis básicos. En cuanto a la comida recomiendo llevar más de lo que comerías cuando vas en grupo, por si puedes ayudar a otro o las condiciones en la montaña se vuelven más adversas (lo cual siempre puede pasar) y tal vez se nos alarga la expedición. En lugares así de aislados, siempre dar aviso a los familiares, en este caso también a Bienes Nacionales, donde uno debe pedir un permiso con la fecha de regreso e ir con radio satelital por cualquier inconveniente. Mas vale prevenir que lamentar y así asegurar una linda experiencia en la naturaleza.

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